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LA BIBLIA LES CAMBIÓ LA VIDA

Creía que estaba disfrutando de la vida

Creía que estaba disfrutando de la vida
  • AÑO DE NACIMIENTO: 1982

  • PAÍS: POLONIA

  • OTROS DATOS: ERA VIOLENTO, USABA DROGAS Y QUERÍA TRIUNFAR EN LA VIDA

MI PASADO.

Nací en una pequeña ciudad de Polonia cerca de la frontera alemana. Disfrutaba de una vida tranquila, rodeado de granjas y bosques. Mis padres eran muy cariñosos y me animaban a ser una buena persona, un buen estudiante y a ir a la universidad.

Mis problemas empezaron cuando me fui a estudiar Derecho en una universidad de la ciudad de Wroclaw. Lejos de casa, empecé a tener malas compañías. Siempre me había gustado el fútbol, pero presionado por mis nuevos amigos me volví fanático de este deporte. Mi equipo favorito era de Varsovia. Los fines de semana iba a verlos donde fuera que jugaran. En aquellos viajes nos emborrachábamos, nos drogábamos y, a veces, nos peleábamos con los aficionados del equipo contrario. Pensaba que esto me ayudaba a liberar el estrés de la vida cotidiana, aunque sabía que, si la policía me arrestaba, podría arruinar mi futuro profesional.

Junto con mis amigos, iba a clubs nocturnos y discotecas, donde a menudo acabábamos en peleas callejeras. La policía me arrestó en varias ocasiones, pero siempre me las arreglé para que la situación no pasara a más, a veces dando un soborno. Creía que estaba disfrutando de la vida; pero en el fondo sabía que lo que hacía estaba mal. Por eso, para calmar mi conciencia, iba a la iglesia todos los domingos.

LA BIBLIA ME CAMBIÓ LA VIDA.

En el 2004, dos testigos de Jehová visitaron mi hogar, y acepté tener charlas bíblicas con ellos. A medida que aprendía lo que significa ser un verdadero cristiano, la conciencia me remordía cada vez más. Sabía que tenía que dejar de emborracharme, de drogarme y de andar con personas que no vivían como dice la Biblia. También me di cuenta de que tenía que dejar de ser violento. Aunque sabía que debía hacer todos estos cambios, seguía andando por el mal camino.

Pero todo cambió una noche cuando empecé una pelea con ocho hombres. Recuerdo estar tirado en la calle mientras me golpeaban y me pateaban la cabeza. Creí que iba a morir; así que oré: “Jehová, lamento no haberle hecho caso a tu Palabra. Si sobrevivo, te prometo que estudiaré la Biblia con los Testigos y que enderezaré mi vida”. Pese a la paliza, sobreviví. Y cumplí con mi palabra: estudié la Biblia.

En el 2006 me mudé a Inglaterra. Quería ahorrar suficiente dinero y regresar a Polonia para conseguir un título superior en Derecho. En mi estudio de la Biblia hubo un versículo que me impactó muchísimo. El apóstol Pablo escribió: “De veras sí considero también que todas las cosas son pérdida a causa del sobresaliente valor del conocimiento de Cristo Jesús mi Señor. Por motivo de él he sufrido la pérdida de todas las cosas y las considero como un montón de basura, a fin de ganar a Cristo” (Filipenses 3:8). Como yo, Pablo había estudiado leyes y también había sido un hombre muy violento (Hechos 8:3). Pero comprendió que había un mejor modo de vivir: servir a Dios y esforzarse por imitar a Jesús. Cuando medité en el ejemplo de Pablo, me di cuenta de que ni ganar dinero ni ser violento me darían la felicidad. Así que pensé que si Pablo pudo cambiar, yo también podía. De modo que decidí quedarme en Inglaterra y olvidarme de la universidad.

Cuanto más conocía a Jehová, más cerca me sentía de él. Me conmovió aprender que estaba dispuesto a perdonar a quienes de verdad quieren cambiar (Hechos 2:38). Cuando pienso en las palabras de 1 Juan 4:16, que dicen que “Dios es amor”, entiendo por qué Dios odia la violencia.

Quería formar parte de la feliz hermandad de los testigos de Jehová

También me conmovió la conducta de los Testigos. Estaba claro que se esfuerzan por seguir las elevadas normas de la Biblia. Quería formar parte de su feliz hermandad. Después de mucho esfuerzo y de hacer cambios en mi vida, en el 2008 me bauticé y me hice testigo de Jehová.

A Esther y a mí nos encanta enseñar lo que dice la Biblia a las personas que hablan polaco

QUÉ BENEFICIOS HE OBTENIDO.

De ser un hombre ambicioso, violento, fanático del fútbol, que se drogaba y se emborrachaba, las Escrituras me han transformado en alguien que disfruta de enseñar a otros la verdad de la Biblia. Claro, todavía me gusta el fútbol, pero ahora solo es un pasatiempo.

Estoy felizmente casado con Esther, una hermosa cristiana. Nos encanta enseñar lo que dice la Biblia a las personas que hablan polaco en el noroeste de Inglaterra. Por primera vez en mi vida, soy completamente feliz, tengo una conciencia tranquila y ahora mi vida tiene propósito.