Hechos de los Apóstoles 7:1-60

7  Pero el sumo sacerdote le preguntó: “¿Son ciertas estas cosas?”.  Esteban respondió: “Hermanos y padres, escuchen. El Dios de la gloria se le apareció a nuestro antepasado Abrahán cuando él estaba en Mesopotamia, antes de establecerse en Harán,+  y le dijo: ‘Sal de tu país, deja a tus parientes y vete al país que yo te mostraré’.+  Entonces él salió de la tierra de los caldeos y se estableció en Harán. Y, después de morir su padre,+ Dios hizo que se mudara de allí a esta tierra donde ustedes ahora viven.+  Sin embargo, no le dio ninguna herencia en ella, ni siquiera un pedazo de tierra donde poner un pie. Pero prometió dársela en propiedad a él y después a su descendencia,+ aunque todavía no tenía ningún hijo.+  Además, Dios le dijo que sus descendientes serían extranjeros en una tierra que no era de ellos y que la gente de allí los convertiría en esclavos y los maltrataría durante 400 años.+  Dios dijo: ‘Y yo juzgaré a la nación que los esclavizará’.+ Luego dijo: ‘Después de eso, ellos saldrán y me darán servicio sagrado en este lugar’.+  ”También le dio el pacto de la circuncisión,+ y él llegó a ser el padre de Isaac+ y lo circuncidó al octavo día.+ Isaac llegó a ser el padre de Jacob, y Jacob, de los 12 patriarcas.  Y los patriarcas se pusieron celosos de José+ y lo vendieron a Egipto.+ Pero Dios estaba con él,+ 10  y lo salvó de todos sus sufrimientos+ y le concedió favor y sabiduría ante el faraón, el rey de Egipto. Entonces él le encargó que gobernara Egipto y toda su casa.+ 11  Pero hubo una época de hambre en todo Egipto y Canaán, sí, de gran angustia,* y nuestros antepasados no tenían nada para comer.+ 12  Pero Jacob oyó que había alimento* en Egipto y envió allí a nuestros antepasados por primera vez.+ 13  Cuando fueron por segunda vez, José les dijo a sus hermanos quién era, y el faraón supo de la familia de José.+ 14  De modo que José envió un mensaje y mandó traer de aquel lugar a su padre Jacob y a todos sus parientes:+ 75 personas en total.+ 15  Así que Jacob bajó a Egipto+ y allí murió,+ al igual que nuestros antepasados.+ 16  Fueron llevados a Siquem y los pusieron en la tumba que Abrahán les había comprado a los hijos de Hamor en Siquem por cierta cantidad de dinero.*+ 17  ”Justo cuando se iba acercando el tiempo de que se cumpliera la promesa que Dios le había hecho a Abrahán, el pueblo creció y se multiplicó en Egipto 18  hasta que un rey diferente que no conocía a José subió al poder en Egipto.+ 19  Este rey actuó con astucia contra nuestra raza* y obligó injustamente a los padres a abandonar* a sus bebés para que no sobrevivieran.+ 20  Por ese tiempo nació Moisés, que era extremadamente hermoso. Y durante tres meses fue criado en la casa de su padre.+ 21  Pero, cuando fue abandonado,*+ la hija del faraón lo recogió y lo crio como hijo suyo.+ 22  Así que Moisés fue educado en toda la sabiduría de los egipcios. De hecho, era poderoso en palabras y acciones.+ 23  ”Ahora bien, cuando cumplió 40 años, decidió hacerles una visita a* sus hermanos, los hijos de Israel.+ 24  Cuando vio que maltrataban a uno de ellos, lo defendió y lo vengó matando al egipcio que lo maltrataba.+ 25  Él pensó que sus hermanos comprenderían que Dios los estaba salvando mediante él, pero ellos no lo comprendieron. 26  Al día siguiente fue adonde unos que se estaban peleando y trató de que hicieran las paces. Les dijo: ‘Hombres, ustedes son hermanos. ¿Por qué se maltratan?’.+ 27  Pero el que estaba maltratando a su compañero empujó a Moisés y le dijo: ‘¿Quién te nombró gobernante y juez sobre nosotros? 28  No querrás matarme como mataste al egipcio ayer, ¿verdad?’.+ 29  Al oír esto, Moisés huyó y vivió como extranjero en la tierra de Madián, donde tuvo dos hijos.+ 30  ”Y 40 años después se le apareció un ángel en el desierto del monte Sinaí, en la llama de una zarza que estaba ardiendo.+ 31  Moisés se quedó maravillado con lo que vio. Al acercarse para mirar mejor, oyó la voz de Jehová decir: 32  ‘Yo soy el Dios de tus antepasados, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob’.+ Moisés comenzó a temblar y no se atrevió a seguir mirando. 33  Jehová le dijo: ‘Quítate las sandalias, porque estás pisando suelo santo.+ 34  De veras he visto el maltrato de mi pueblo en Egipto, y he oído sus lamentos+ y he bajado para liberarlos. Ahora, ven, voy a enviarte a Egipto’.+ 35  A este Moisés lo habían rechazado diciendo: ‘¿Quién te nombró gobernante y juez?’.+ Pero fue a él mismo al que Dios envió+ como gobernante y también como libertador por medio del ángel que se le apareció en la zarza. 36  Este hombre los sacó+ realizando cosas impresionantes y milagros* en Egipto,+ en el mar Rojo+ y en el desierto durante 40 años.+ 37  ”Este es el Moisés que les dijo a los hijos de Israel: ‘Dios nombrará para ustedes un profeta como yo de entre sus hermanos’.+ 38  Este fue el que estuvo en la congregación en el desierto, el que estuvo con el ángel+ que le habló+ en el monte Sinaí y con nuestros antepasados. Él recibió declaraciones sagradas y vivas para dárnoslas a nosotros.+ 39  Nuestros antepasados no quisieron obedecerlo. Más bien, lo rechazaron+ y en sus corazones volvieron a Egipto+ 40  al decirle a Aarón: ‘Haznos dioses que vayan delante de nosotros. Porque no sabemos qué le pasó a este Moisés, que nos sacó de la tierra de Egipto’.+ 41  Así que en aquellos días hicieron un ídolo en forma de becerro,* le ofrecieron un sacrificio y se pusieron a celebrar lo que habían hecho.+ 42  De modo que Dios se alejó de ellos y dejó que le dieran servicio sagrado al ejército del cielo,+ tal como está escrito en el libro de los Profetas: ‘Oh, casa de Israel, ¿verdad que no fue a mí a quien le hicieron ofrendas y sacrificios durante 40 años en el desierto? 43  Más bien, ustedes transportaron la tienda de Moloc+ y la estrella del dios Refán, las imágenes que hicieron para adorarlas. Así que los desterraré más allá de Babilonia’.+ 44  ”En el desierto, nuestros antepasados tenían la tienda del Testimonio, tal como Dios ordenó cuando le dijo a Moisés que la hiciera siguiendo el modelo que había visto.+ 45  Y nuestros antepasados la heredaron y la llevaron con Josué a la tierra de las naciones+ que Dios expulsó delante de nuestros antepasados.+ Allí permaneció hasta los días de David. 46  Él disfrutó del favor de Dios y pidió el privilegio de hacer* una morada para el Dios de Jacob.+ 47  Pero fue Salomón el que le construyó una casa.+ 48  Sin embargo, el Altísimo no vive en casas hechas por manos humanas.+ Es como dice el profeta: 49  ‘El cielo es mi trono+ y la tierra es el banquillo para mis pies.+ ¿Qué clase de casa harán para mí? —dice Jehová—. ¿O dónde está mi lugar de descanso? 50  ¿Acaso no fue mi mano la que hizo todas estas cosas?’.+ 51  ”Hombres tercos e incircuncisos de corazón y de oídos,+ ustedes siempre se están resistiendo al espíritu santo. Hacen lo mismo que hicieron sus antepasados.+ 52  ¿A cuál de los profetas no persiguieron sus antepasados?+ Sí, ellos mataron a los que anunciaron de antemano la venida del justo,+ aquel a quien ustedes traicionaron y asesinaron.+ 53  Ustedes recibieron la Ley tal como la transmitieron los ángeles,+ pero no la han obedecido”. 54  Al oír estas cosas, ellos se sintieron furiosos en el corazón y, mirándolo, empezaron a apretar los dientes.+ 55  Pero él, lleno de espíritu santo, miró al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la derecha de Dios,+ 56  y dijo: “¡Miren! Veo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre+ de pie a la derecha de Dios”.+ 57  Entonces ellos gritaron con todas sus fuerzas, se taparon los oídos y todos se lanzaron sobre él. 58  Después de sacarlo de la ciudad, empezaron a apedrearlo.+ Los testigos+ pusieron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo.+ 59  Mientras lo apedreaban, Esteban suplicó: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. 60  Entonces se arrodilló y gritó con voz fuerte: “Jehová, no les tengas en cuenta este pecado”.+ Después de decir esto, se durmió en la muerte.

Notas

Lit. “tribulación”.
O “grano”.
Lit. “plata”.
O “nuestro pueblo”.
O “exponer”, “dejar expuestos”
O “expuesto”, “dejado expuesto”.
O “ver en qué condiciones estaban”.
Lit. “señales”.
O “ternero”.
O “encontrar”.

Notas de estudio

Caifás. Uno de los sumos sacerdotes nombrados por los romanos. Ocupó su cargo por más tiempo que sus predecesores inmediatos gracias a su habilidad para la diplomacia. Fue nombrado alrededor del año 18 de nuestra era y permaneció en el puesto hasta alrededor del año 36. Fue el que interrogó a Jesús y lo entregó a Pilato (Mt 26:3, 57; Jn 11:49; 18:13, 14, 24, 28). Esta es la única vez que se lo menciona por nombre en el libro de Hechos. En el resto del libro se lo llama “el sumo sacerdote” (Hch 5:17, 21, 27; 7:1; 9:1).

el sumo sacerdote. Es decir, Caifás. Ver la nota de estudio de Hch 4:6.

Sal de tu país. En su discurso ante el Sanedrín, Esteban dice que “el Dios de la gloria” le dio este mandato a Abrahán “cuando él estaba en Mesopotamia, antes de establecerse en Harán” (Hch 7:2). Abrahán (antes conocido como Abrán) era originario de la ciudad caldea de Ur. Por lo que dice Esteban, al parecer fue en esa ciudad donde Abrahán recibió por primera vez el mandato de dejar su país (Gé 11:28, 29, 31; 15:7; 17:5; Ne 9:7). En cambio, el relato de Gé 11:31-12:3 parece dar a entender que recibió este mandato después de la muerte de su padre, Taré, cuando estaban viviendo temporalmente en Harán. Pero, si se combina este relato con lo que dice Esteban, es razonable concluir que Jehová le dio este mandato a Abrahán cuando todavía estaba en Ur y luego se lo repitió cuando estaba viviendo en Harán.

Dios. Lit. “él”. Aquí se refiere al “Dios de la gloria” mencionado en el versículo 2.

descendencia. Lit. “simiente”.

descendientes. Lit. “simiente”.

los maltrataría durante 400 años. Aquí se cita de Gé 15:13, donde Dios le dice a Abrán (Abrahán) que sus descendientes serán esclavizados y maltratados durante 400 años. Este periodo terminó cuando Jehová liberó a los israelitas de la esclavitud en Egipto el 14 de nisán del año 1513 antes de nuestra era, así que tuvo que empezar en el año 1913 antes de nuestra era. De acuerdo con la cronología bíblica, en ese año, la descendencia de Abrahán, Isaac, que por entonces tenía cinco años, comenzó a sufrir las burlas y el maltrato de su medio hermano, Ismael. Ismael tenía unos 19 años y era hijo de Agar, la sierva egipcia de Sarai (Sara). Puede que Ismael se portara mal con su hermano menor porque Isaac iba a recibir la herencia del primogénito a pesar de que Ismael había nacido primero (Gé 16:1-4; 21:8-10). Mucho tiempo después, Pablo dijo que el trato que Ismael le daba a Isaac era una persecución (Gál 4:29). Por lo visto fue muy grave, porque a Jehová le pareció bien que Sara le pidiera a Abrahán que echara a Ismael y a su madre (Gé 21:11-13). Así que Isaac fue el primero de los descendientes de Abrahán que sufrió el maltrato predicho. Por lo tanto, parece que este incidente, registrado con tanto detalle en el relato inspirado, marcó el comienzo del periodo de 400 años de maltrato que terminó con el éxodo de Egipto.

me darán servicio sagrado. O “me adorarán”. El verbo griego latréuō tiene el sentido básico de ‘servir’, pero en algunos contextos se puede traducir como “adorar”. En la segunda parte de este versículo se alude a Éx 3:12, donde el verbo hebreo equivalente se puede traducir como “servir” o “adorar” (Éx 3:12; nota). En la Biblia, latréuō por lo general se refiere a servir a Dios o a realizar un servicio relacionado con la adoración a Dios (Mt 4:10; Lu 1:74; 2:37; 4:8; Ro 1:9; Flp 3:3; 2Ti 1:3; Heb 9:14; 12:28; Ap 7:15; 22:3), como el servicio en el santuario o el templo (Heb 8:5; 9:9; 10:2; 13:10). En unos pocos casos, se usa para referirse a una adoración falsa: para hablar de servir o adorar a algo creado (Hch 7:42; Ro 1:25).

Isaac llegó a ser el padre de Jacob. En esta última parte del versículo, el texto griego no repite ninguno de los dos verbos anteriores: “llegó a ser el padre de” ni “circuncidó”. Así que aquí podría usarse cualquiera de los dos o incluso los dos. Por eso, esta parte del versículo también podría traducirse como “Isaac hizo lo mismo con Jacob, y Jacob, con los 12 patriarcas”, es decir, Isaac circuncidó a Jacob, y Jacob, a los 12 patriarcas.

patriarcas. O “cabezas de familia”. El término griego patriárkhēs aparece cuatro veces en las Escrituras Griegas Cristianas. Aquí se refiere a los 12 hijos de Jacob (Gé 35:23-26), pero también se usa para hablar de David (Hch 2:29) y de Abrahán (Heb 7:4).

75 personas en total. Cuando Esteban dice que la cantidad total de miembros de la familia de Jacob que entraron en Egipto fue de 75, puede que no estuviera citando de ningún versículo en particular de las Escrituras Hebreas. Esta cifra no aparece en ningún lugar del texto masorético de las Escrituras Hebreas. En Gé 46:26 se dice: “Los descendientes de Jacob que entraron con él a Egipto, sin contar a las esposas de los hijos de Jacob, fueron 66”. Y en el versículo 27 se añade: “En total, las personas de la casa de Jacob que entraron en Egipto fueron 70”. En estos versículos se cuenta la cantidad de personas de dos formas: parece que en el primer caso solo se incluye a los descendientes biológicos y, en el segundo, se da el número de todos los que entraron en Egipto. En Éx 1:5 y en Dt 10:22 también se dice que los descendientes de Jacob fueron 70. Esteban da una tercera cifra que parece incluir a más miembros de la familia extendida de Jacob. Algunos creen que incluye a los hijos y nietos de los hijos de José —Manasés y Efraín— que se mencionan en la Septuaginta en Gé 46:20. Otros piensan que incluye a las esposas de los hijos de Jacob, de quienes la Biblia dice específicamente que no estaban incluidas en la cifra de Gé 46:26. Así que la cantidad de 75 puede ser el gran total de los que componían la familia de Jacob. Otra posibilidad es que Esteban haya dicho esta cifra basándose en textos de las Escrituras Hebreas que circulaban en el siglo primero de nuestra era. Hace mucho tiempo que los expertos saben que en la Septuaginta se da la cifra de 75 en Gé 46:27 y en Éx 1:5. Y en el siglo veinte se descubrieron dos fragmentos de los Rollos del mar Muerto en hebreo, donde también se da la cifra de 75 en Éx 1:5. Sea cual sea la razón, la cantidad que da Esteban es simplemente otra forma de contar el número total de los descendientes de Jacob.

personas. O “almas”. La palabra griega psykhḗ, que tradicionalmente se traduce como “alma”, aquí se refiere a una persona viva. Ver glosario, alma, y apén. A2.

extremadamente hermoso. La expresión griega que se usa aquí literalmente significa ‘hermoso para Dios’. Esta expresión incluye una frase hecha de origen semítico que se usa para hablar de algo en su grado máximo. En este contexto puede transmitir dos ideas: la de ser ‘extremadamente hermoso’ y la de ser ‘hermoso a los ojos de Dios’ (comparar con Éx 2:2). Algunos expertos creen que esta expresión puede referirse no solo a las características físicas de una persona, sino también a las cualidades que Dios ve en su interior. Una construcción similar aparece en Jon 3:3. Ahí se describe a Nínive como “una ciudad muy grande”, pero literalmente el texto hebreo dice “una ciudad grande para Dios”. Ver otros ejemplos de estructuras parecidas en Gé 23:6; nota; Sl 36:6; nota.

cumplió 40 años. En su discurso ante el Sanedrín, Esteban revela varios datos de la historia judía que no aparecen en las Escrituras Hebreas. Por ejemplo, dice que Moisés tenía 40 años cuando huyó de Egipto. Para conocer otros datos del discurso de Esteban que no se mencionan en las Escrituras Hebreas, ver las notas de estudio de Hch 7:22, 30, 53.

40 años. Las Escrituras Hebreas no dicen específicamente cuántos años pasó Moisés en Madián. Pero, en su discurso, Esteban revela datos de la historia judía que no aparecen antes en las Escrituras. Entre otras cosas, dice que Moisés tenía 40 años cuando huyó a Madián (Éx 2:11; Hch 7:23) y que se quedó allí 40 años, o casi 40 años. Así que este periodo tiene que haber transcurrido entre el 1553 y el 1513 antes de nuestra era. Estos datos de Esteban concuerdan con la afirmación de que Moisés tenía 80 años cuando habló con el faraón y sacó a los israelitas de Egipto (Éx 7:7). También concuerda con la declaración de que Moisés tenía 120 años cuando murió, después de haber pasado 40 años en el desierto (Dt 34:7; Hch 7:36).

tal como la transmitieron los ángeles. El discurso que Esteban presentó ante el Sanedrín revela varios datos de la historia judía que no aparecen en las Escrituras Hebreas. Un ejemplo es el papel que tuvieron los ángeles en transmitir la Ley de Moisés (Gál 3:19; Heb 2:1, 2). Para conocer otros datos del discurso de Esteban que no aparecen en las Escrituras Hebreas, ver las notas de estudio de Hch 7:22, 23, 30.

educado en toda la sabiduría de los egipcios. En su discurso ante el Sanedrín, Esteban revela varios datos de la historia judía que no aparecen en las Escrituras Hebreas. Por ejemplo, solo él habla de la educación que Moisés recibió en Egipto. Para conocer otros datos del discurso de Esteban que no se mencionan en las Escrituras Hebreas, ver las notas de estudio de Hch 7:23, 30, 53.

educado en toda la sabiduría de los egipcios. En su discurso ante el Sanedrín, Esteban revela varios datos de la historia judía que no aparecen en las Escrituras Hebreas. Por ejemplo, solo él habla de la educación que Moisés recibió en Egipto. Para conocer otros datos del discurso de Esteban que no se mencionan en las Escrituras Hebreas, ver las notas de estudio de Hch 7:23, 30, 53.

40 años. Las Escrituras Hebreas no dicen específicamente cuántos años pasó Moisés en Madián. Pero, en su discurso, Esteban revela datos de la historia judía que no aparecen antes en las Escrituras. Entre otras cosas, dice que Moisés tenía 40 años cuando huyó a Madián (Éx 2:11; Hch 7:23) y que se quedó allí 40 años, o casi 40 años. Así que este periodo tiene que haber transcurrido entre el 1553 y el 1513 antes de nuestra era. Estos datos de Esteban concuerdan con la afirmación de que Moisés tenía 80 años cuando habló con el faraón y sacó a los israelitas de Egipto (Éx 7:7). También concuerda con la declaración de que Moisés tenía 120 años cuando murió, después de haber pasado 40 años en el desierto (Dt 34:7; Hch 7:36).

tal como la transmitieron los ángeles. El discurso que Esteban presentó ante el Sanedrín revela varios datos de la historia judía que no aparecen en las Escrituras Hebreas. Un ejemplo es el papel que tuvieron los ángeles en transmitir la Ley de Moisés (Gál 3:19; Heb 2:1, 2). Para conocer otros datos del discurso de Esteban que no aparecen en las Escrituras Hebreas, ver las notas de estudio de Hch 7:22, 23, 30.

cumplió 40 años. En su discurso ante el Sanedrín, Esteban revela varios datos de la historia judía que no aparecen en las Escrituras Hebreas. Por ejemplo, dice que Moisés tenía 40 años cuando huyó de Egipto. Para conocer otros datos del discurso de Esteban que no se mencionan en las Escrituras Hebreas, ver las notas de estudio de Hch 7:22, 30, 53.

decidió. O “le vino a la mente la idea de”, “le vino al corazón”. Esta expresión griega refleja una frase hecha de origen hebreo. Comparar con Is 65:17; Jer 3:16.

los hijos de Israel. O “el pueblo de Israel”, “los israelitas”. Ver glosario, Israel.

40 años. Las Escrituras Hebreas no dicen específicamente cuántos años pasó Moisés en Madián. Pero, en su discurso, Esteban revela datos de la historia judía que no aparecen antes en las Escrituras. Entre otras cosas, dice que Moisés tenía 40 años cuando huyó a Madián (Éx 2:11; Hch 7:23) y que se quedó allí 40 años, o casi 40 años. Así que este periodo tiene que haber transcurrido entre el 1553 y el 1513 antes de nuestra era. Estos datos de Esteban concuerdan con la afirmación de que Moisés tenía 80 años cuando habló con el faraón y sacó a los israelitas de Egipto (Éx 7:7). También concuerda con la declaración de que Moisés tenía 120 años cuando murió, después de haber pasado 40 años en el desierto (Dt 34:7; Hch 7:36).

un ángel. Aquí Esteban está haciendo referencia al relato de Éx 3:2, donde el texto hebreo original dice “ángel de Jehová”. La mayoría de los manuscritos griegos dicen “un ángel” a secas, pero unos pocos manuscritos y unas cuantas traducciones antiguas a otros idiomas usan palabras que se pueden traducir como “un ángel de [el] Señor [o “de Jehová”]”. Varias traducciones de las Escrituras Griegas Cristianas al hebreo (señaladas con las referencias J7, 8, 10-12, 14-17, 28 en el apén. C4) emplean el Tetragrámaton aquí y dicen “ángel de Jehová”.

zarza. Un tipo de arbusto espinoso.

la voz de Jehová. En esta parte del discurso (Hch 7:30-34), Esteban hace referencia al relato de Éx 3:2-10. Según el versículo 4, es Jehová quien llama a Moisés mediante su ángel y, según el versículo 6, es Jehová quien dice las palabras que se citan en Hch 7:32. La frase “la voz de Jehová” se utiliza muchas veces en las Escrituras Hebreas. Combina la palabra hebrea para “voz” y el Tetragrámaton. Se encuentran algunos ejemplos en Gé 3:8; Éx 15:26; Dt 5:25; 8:20; 15:5; 18:16; 26:14; 27:10; 28:1, 62; Jos 5:6; 1Sa 12:15; 1Re 20:36; Sl 106:25; Is 30:31; Jer 3:25; Da 9:10; Zac 6:15. Es interesante destacar que, cuando esta frase se usa en Dt 26:14; 27:10; 28:1, 62 en el fragmento de un antiguo papiro de la Septuaginta (en la colección Papiro Fouad 266), el nombre de Dios aparece escrito con caracteres hebreos cuadrados dentro del texto griego. Este fragmento data del siglo primero antes de nuestra era. Para saber las razones por las que la Traducción del Nuevo Mundo usa la frase “la voz de Jehová” en el texto principal a pesar de que los manuscritos griegos disponibles de Hch 7:31 usan “la voz del Señor”, ver apén. C1 y apén. C3 (introducción y explicación de Hch 7:31).

Jehová le dijo. El contexto del relato original al que se refiere Esteban es Éx 3:2-10, donde está claro que es Jehová el que habla mediante su ángel. Aunque la mayor parte del contenido de este versículo está tomado de Éx 3:5, en el texto hebreo original se encuentra una frase introductoria equivalente en Éx 3:7. Allí dice literalmente: “Jehová añadió”. Ver apén. C3 (introducción y explicación de Hch 7:33).

rescate. Los escritores griegos no bíblicos usaron la palabra griega lýtron (derivada del verbo lýō, que significa ‘desatar’ o ‘liberar’) para referirse al precio que se pagaba para rescatar prisioneros de guerra o para liberar a los que estaban en cautiverio o en esclavitud. Aparece dos veces en las Escrituras Griegas Cristianas, aquí y en Mr 10:45. La palabra relacionada antílytron se encuentra en 1Ti 2:6 y se traduce “rescate correspondiente”. Otras palabras afines son lytróomai, que significa ‘liberar’ o ‘rescatar’ (Tit 2:14; 1Pe 1:18; notas), y apolýtrōsis, que a menudo se traduce como “liberación por rescate” (Ef 1:7; Col 1:14; Heb 9:15; 11:35; Ro 3:24; 8:23). Ver glosario.

libertador. O “redentor”. La palabra griega lytrōtḗs proviene del verbo lytróomai, que significa ‘liberar’ o ‘rescatar’. También está relacionada con el sustantivo lýtron, que significa ‘rescate’ (ver la nota de estudio de Mt 20:28). El verbo se usa para referirse a la liberación que se consigue a través de Jesucristo (Lu 24:21; Tit 2:14, nota; 1Pe 1:18, nota), de quien se predijo que sería un profeta como Moisés (Dt 18:15; Hch 7:37). Tal como Moisés fue el libertador de los israelitas de Egipto, Jesucristo es el libertador de toda la humanidad mediante su sacrificio redentor.

cosas impresionantes. O “portentos presagiosos”. En las Escrituras Griegas Cristianas, la palabra griega téras suele usarse junto con la palabra sēméion (“milagro”, “señal”), ambas en su forma plural (Mt 24:24; Jn 4:48; Hch 7:36; 14:3; 15:12; 2Co 12:12). En esencia, téras se refiere a cualquier cosa que asombra o impresiona. Cuando queda claro que este término se refiere a algo que presagia lo que ocurrirá en el futuro, la nota de estudio presentará la traducción alternativa “portento presagioso”.

cosas impresionantes. O “portentos presagiosos”. Ver la nota de estudio de Hch 2:19.

durante 40 años. Este periodo transcurre desde el 1513 antes de nuestra era (cuando se produjo el éxodo de Egipto) hasta el 1473 antes de nuestra era (cuando los israelitas entraron en la Tierra Prometida). Antes de esos 40 años y durante ese periodo, Moisés realizó “cosas impresionantes y milagros”. Por ejemplo, cuando regresó a Egipto, primero realizó milagros ante los ancianos de Israel (Éx 4:29-31). Luego, antes del éxodo, fue usado para realizar cosas impresionantes y grandes milagros ante el faraón y todos los egipcios. Y, más tarde, tuvo una parte importante en la destrucción del faraón y su ejército en el mar Rojo (Éx 14:21-31; 15:4; Dt 11:2-4). Uno de los milagros más notables relacionados con Moisés fue el suministro diario de maná en el desierto. Este milagro se repitió durante 40 años hasta que el pueblo comenzó a comer algunos productos de la tierra de Canaán, al principio del año 1473 antes de nuestra era (Éx 16:35; Jos 5:10-12).

Jehová. Aquí se cita de Dt 18:15. En el texto hebreo original aparece el nombre divino, representado por cuatro consonantes hebreas que se transliteran como YHWH. Es interesante destacar que, cuando esta cita aparece en un antiguo fragmento de la Septuaginta (de la colección Papiro Fouad 266), el nombre de Dios aparece escrito con caracteres hebreos cuadrados () dentro del texto griego. Este fragmento data del siglo primero antes de nuestra era (ver apén. A5). Varias traducciones de las Escrituras Griegas Cristianas al hebreo (señaladas con las referencias J7, 8, 10-12, 14-18, 20, 22-24, 28 en el apén. C4) también usan el Tetragrámaton aquí. De modo que, aunque los manuscritos griegos disponibles de las Escrituras Griegas Cristianas usan la palabra Kýrios (“Señor”) en este versículo, hay buenas razones para usar el nombre de Dios en el texto principal. Ver apén. C.

los hijos de Israel. O “el pueblo de Israel”, “los israelitas”. Ver glosario, Israel.

Dios. Aquí se cita de Dt 18:15. En el texto hebreo original aparece el nombre divino, representado por cuatro consonantes hebreas que se transliteran como YHWH. En ese versículo dice “Jehová su Dios”. Esteban hace una cita ligeramente abreviada de este versículo y solo dice “Dios”. En cambio, Pedro cita este mismo versículo en Hch 3:22 y usa la expresión completa “Jehová su Dios” (ver la nota de estudio de Hch 3:22). Algunas traducciones de las Escrituras Griegas Cristianas al hebreo usan aquí el nombre de Dios y dicen “Jehová su Dios” (J7, 8, 10-17) o “Jehová Dios” (J28) (ver apén. C4). Unos pocos manuscritos griegos también usan palabras que se pueden traducir como “el Señor Dios” o, por las mismas razones que se explican en el apén. C, como “Jehová Dios”. Sin embargo, la gran mayoría de los manuscritos griegos y las traducciones antiguas a otros idiomas solo dicen “Dios”.

congregación. Esta es la primera vez que aparece la palabra griega ekklēsía, que proviene de dos términos griegos: ek (que significa ‘afuera’) y kaléō (que significa ‘llamar’). Se refiere a un grupo de personas convocado o reunido para un propósito o actividad (ver glosario). En este contexto, Jesús predice la formación de la congregación cristiana, compuesta de cristianos ungidos que, como “piedras vivas”, están siendo “edificados para formar una casa espiritual” (1Pe 2:4, 5). La palabra griega ekklēsía se usa con frecuencia en la Septuaginta como equivalente de la palabra hebrea que se traduce como “congregación” y que muchas veces se refiere a toda la nación del pueblo de Dios (Dt 23:3; 31:30). En Hch 7:38, a los israelitas que fueron llamados para que salieran de Egipto se les denomina “congregación”. De igual modo, los cristianos que han sido llamados de la oscuridad y escogidos de entre el mundo forman “la congregación de Dios” (1Co 1:2; Jn 15:19; 1Pe 2:9).

congregación. Esta es la primera vez que aparece la palabra griega ekklēsía en el libro de Hechos. Está formada por dos términos griegos: ek (que significa ‘afuera’) y kaléō (que significa ‘llamar’), y se refiere a un grupo de personas convocado para un propósito o actividad. Así que esta palabra describe bien a la recién formada congregación cristiana (ver glosario). Esta palabra también se usa en Mt 16:18 (ver la nota de estudio), donde Jesús predice la formación de la congregación cristiana compuesta por discípulos ungidos. Ellos son piedras vivas y “están siendo edificados para formar una casa espiritual” (1Pe 2:4, 5). Pero, en las Escrituras Griegas Cristianas, ekklēsía no solo se refiere al grupo compuesto de cristianos ungidos. También puede referirse a todos los cristianos que viven en una zona geográfica específica o a los que forman una congregación local. Por el contexto, en Hch 5:11 se refiere a la congregación cristiana de Jerusalén. Ver la nota de estudio de Hch 7:38.

la congregación en el desierto. Aquí se llama “congregación” a los israelitas que fueron liberados de Egipto. En las Escrituras Hebreas, el término hebreo qahál, que normalmente se traduce como “congregación” en la Traducción del Nuevo Mundo, viene de una raíz que significa ‘reunir’, ‘congregar’ o ‘convocar’ (Nú 20:8; Dt 4:10). Esta palabra se usa con frecuencia para referirse a los israelitas como un conjunto organizado en expresiones como “congregación de Israel” (Le 16:17; Jos 8:35; 1Re 8:14), “congregación del Dios verdadero” (Ne 13:1) y “congregación de Jehová” (Nú 20:4; Dt 23:2, 3; 1Cr 28:8; Miq 2:5). En la Septuaginta, el término hebreo qahál se traduce muchas veces con la palabra griega ekklēsía (como en Sl 22:22 [21:23, LXX]). Esta palabra griega es la que se usa en las Escrituras Griegas Cristianas para “congregación”. Ver las notas de estudio de Mt 16:18; Hch 5:11.

ejército del cielo. Aquí se refiere a los cuerpos celestes.

la tienda del Testimonio. O “el tabernáculo del Testimonio”. Así traduce la Septuaginta la expresión hebrea para “la tienda de reunión”, y puede que Lucas la use en este versículo influido por esa traducción (Éx 27:21; 28:43; Nú 1:1). Durante el viaje de Israel por el desierto, esta tienda era donde se guardaba el arca del pacto con su principal contenido: “las dos tablas del Testimonio”. En estos contextos, el término “Testimonio” suele referirse a los Diez Mandamientos escritos en tablas de piedra (Éx 25:16, 21, 22; 31:18; 32:15). El término hebreo para “testimonio” también puede traducirse como “recordatorio”. El Arca sirvió de archivo santo para guardar los recordatorios sagrados, es decir, el Testimonio. Ver glosario, arca del pacto y Santísimo.

modelo. O “diseño”, “tipo”. La palabra griega týpos, que se usa aquí, tiene el mismo significado en Heb 8:5 y, en la Septuaginta, en Éx 25:40.

Josué. Aquí se refiere al líder de Israel que llevó a los israelitas a la Tierra Prometida (Dt 3:28; 31:7; Jos 1:1, 2). El nombre hebreo Jehosúa y su forma abreviada Josué significan ‘Jehová es salvación’. El nombre equivalente en griego es Iēsóus y en latín es Iesus, de donde sale Jesús (ver apén. A4). Lucas usa aquí el nombre griego, que era muy común entre los judíos de tiempos bíblicos. En las Escrituras Griegas Cristianas se menciona a cuatro personas con este nombre: Josué hijo de Nun, el sucesor de Moisés (Hch 7:45; Heb 4:8); un antepasado de Jesucristo (Lu 3:29); el propio Jesucristo (Mt 1:21), y un colaborador cristiano de Pablo, que por lo visto era de origen judío (Col 4:11). Aparte de estos cuatro que aparecen en el registro bíblico, Josefo menciona a varios más con el mismo nombre.

casas hechas por manos humanas. O “lugares hechos por manos humanas”, “cosas hechas por manos humanas”. La palabra griega kheiropóiētos también se usa en Hch 17:24 (“hechos por hombres”) y en Heb 9:11, 24 (“hecha [“hecho”] por manos humanas”).

Jehová. Aquí se cita de Is 66:1. En el texto hebreo original aparece el nombre divino, representado por cuatro consonantes hebreas que se transliteran como YHWH. La frase que aquí se traduce como “dice Jehová” se corresponde con la frase que aparece al principio de Is 66:1 (“Esto es lo que dice Jehová”) y con la que aparece a la mitad de Is 66:2 (“afirma Jehová”). Ver apén. C.

tercos. Lit. “de dura cerviz”. La palabra griega usada aquí aparece solo una vez en las Escrituras Griegas Cristianas. Pero la Septuaginta la usa varias veces para traducir una expresión hebrea de significado similar (Éx 33:3, 5, notas; 34:9, nota; Dt 9:6, nota; Pr 29:1, nota).

incircuncisos de corazón y de oídos. Esta expresión figurada se refiere a personas tercas e indiferentes, y tiene su origen en las Escrituras Hebreas (Le 26:41, nota; Jer 9:25, 26; Eze 44:7, 9). Por ejemplo, en Jer 6:10, la frase que literalmente dice “sus oídos son incircuncisos” se traduce como “sus oídos están cerrados”. Así que se llama incircuncisos a los corazones y los oídos de las personas que no responden a la guía de Dios.

educado en toda la sabiduría de los egipcios. En su discurso ante el Sanedrín, Esteban revela varios datos de la historia judía que no aparecen en las Escrituras Hebreas. Por ejemplo, solo él habla de la educación que Moisés recibió en Egipto. Para conocer otros datos del discurso de Esteban que no se mencionan en las Escrituras Hebreas, ver las notas de estudio de Hch 7:23, 30, 53.

cumplió 40 años. En su discurso ante el Sanedrín, Esteban revela varios datos de la historia judía que no aparecen en las Escrituras Hebreas. Por ejemplo, dice que Moisés tenía 40 años cuando huyó de Egipto. Para conocer otros datos del discurso de Esteban que no se mencionan en las Escrituras Hebreas, ver las notas de estudio de Hch 7:22, 30, 53.

40 años. Las Escrituras Hebreas no dicen específicamente cuántos años pasó Moisés en Madián. Pero, en su discurso, Esteban revela datos de la historia judía que no aparecen antes en las Escrituras. Entre otras cosas, dice que Moisés tenía 40 años cuando huyó a Madián (Éx 2:11; Hch 7:23) y que se quedó allí 40 años, o casi 40 años. Así que este periodo tiene que haber transcurrido entre el 1553 y el 1513 antes de nuestra era. Estos datos de Esteban concuerdan con la afirmación de que Moisés tenía 80 años cuando habló con el faraón y sacó a los israelitas de Egipto (Éx 7:7). También concuerda con la declaración de que Moisés tenía 120 años cuando murió, después de haber pasado 40 años en el desierto (Dt 34:7; Hch 7:36).

tal como la transmitieron los ángeles. El discurso que Esteban presentó ante el Sanedrín revela varios datos de la historia judía que no aparecen en las Escrituras Hebreas. Un ejemplo es el papel que tuvieron los ángeles en transmitir la Ley de Moisés (Gál 3:19; Heb 2:1, 2). Para conocer otros datos del discurso de Esteban que no aparecen en las Escrituras Hebreas, ver las notas de estudio de Hch 7:22, 23, 30.

apretarán los dientes. O “harán rechinar los dientes”. Este gesto puede dar la idea de rabia, desesperación y furia, y quizá ir acompañado de palabras amargas y acciones violentas.

ellos se sintieron furiosos. La expresión griega original solo aparece en este versículo y en Hch 5:33. Literalmente significa ‘ser cortado con una sierra’, pero en ambos casos se usa en sentido metafórico para describir una reacción emocional fuerte.

apretar los dientes. O “hacer crujir los dientes”, “hacer rechinar los dientes”. Este gesto puede dar la idea de rabia, desesperación y furia, y quizá ir acompañado de palabras amargas y acciones violentas. En este contexto, está claro que se refiere a una furia descontrolada (Job 16:9). Ver la nota de estudio de Mt 8:12.

a su derecha [...] a su izquierda. En algunos contextos, los dos lugares son puestos de honor y autoridad (Mt 20:21, 23), aunque el lugar de mayor honor siempre es a la derecha (Sl 110:1; Hch 7:55, 56; Ro 8:34). Sin embargo, aquí y en Mt 25:34, 41, se hace una clara distinción entre los que están a la derecha del Rey y tienen su favor, y los que están a su izquierda y no tienen su favor. Comparar con Ec 10:2, notas.

uno a tu derecha y otro a tu izquierda. En este versículo, los dos lugares son puestos de honor y autoridad, aunque el lugar de mayor honor siempre es a la derecha (Sl 110:1; Hch 7:55, 56; Ro 8:34). Ver la nota de estudio de Mt 25:33.

a la poderosa derecha de Dios. O “a la derecha del poder de Dios”. Estar a la derecha de un gobernante significaba ser el segundo en importancia después de este (Sl 110:1; Hch 7:55, 56). La expresión griega que se traduce “la poderosa derecha” también aparece en los relatos paralelos de Mt 26:64 y Mr 14:62, donde se traduce “la derecha del poder”. Al decir que el Hijo del Hombre se sentaría “a la poderosa derecha de Dios”, se indica que a Jesús se le llenaría de poder o autoridad (Mr 14:62). Ver la nota de estudio de Mt 26:64.

Jesús de pie a la derecha de Dios. Esteban fue el primero en dar testimonio de que había visto a Jesús en el cielo y de que, como se había profetizado en Sl 110:1, estaba de pie a la derecha de Dios. En sentido simbólico, la mano derecha tiene gran importancia. Estar a la derecha de un gobernante significaba ser el segundo en importancia después de él (Ro 8:34; 1Pe 3:22) o tener su favor. Ver las notas de estudio de Mt 25:33; Mr 10:37; Lu 22:69.

Saulo. Nombre que significa ‘pedido [a Dios]’ o ‘solicitado [a Dios]’. Saulo, también conocido por su nombre romano Pablo, era “de la tribu de Benjamín, hebreo de padres hebreos” (Flp 3:5). Como tenía la ciudadanía romana de nacimiento (Hch 22:28), es lógico que sus padres judíos también le pusieran el nombre latino Paulus, que significa ‘pequeño’ y del que vienen Paulo o Pablo. Es probable que tuviera el nombre hebreo y el latino desde niño. Puede haber varias razones por las que sus padres le pusieron Saulo. Por un lado, era un nombre tradicional e importante en la tribu de Benjamín porque el primer rey de todo Israel había sido un benjaminita llamado Saúl (1Sa 9:2; 10:1; Hch 13:21). También puede que sus padres eligieran ese nombre por su significado o porque el padre se llamaba Saúl y siguieron la costumbre de que el hijo heredara el nombre del padre (comparar con Lu 1:59). Fuera cual fuera la razón, él usó su nombre hebreo, Saulo, entre judíos, sobre todo cuando estudiaba para ser fariseo y vivir como fariseo (Hch 22:3). Y, aun después de hacerse cristiano, parece que fue conocido principalmente por su nombre hebreo durante más de una década (Hch 11:25, 30; 12:25; 13:1, 2, 9).

Jehová. Los manuscritos griegos disponibles usan aquí el término Kýrios (“Señor”). En las Escrituras Griegas Cristianas, este título puede referirse tanto a Jehová Dios como a Jesucristo, dependiendo del contexto. En este caso, parece que se refiere a Jehová Dios por varias razones. Por un lado, las palabras de Esteban se parecen a las que Jesús le dijo a su Padre en una ocasión: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lu 23:34). Además, en el discurso de Esteban, que Lucas registra en Hch 7:2-53, el término Kýrios aparece tres veces, y las tres son citas de las Escrituras Hebreas o alusiones a ellas en las que claramente se hace referencia a Dios (ver las notas de estudio de Hch 7:31, 33, 49). De hecho, muchos comentaristas y traductores defienden que Kýrios en estos contextos se refiere a Jehová (ver apén. C). Aunque el término Kýrios también aparece en Hch 7:59, ahí Esteban dice específicamente “Señor Jesús”. Sin embargo, esto no significa, como dicen algunos, que Jesús sea la persona a la que se refiere Kýrios en Hch 7:60. Entre el versículo 59 y el versículo 60 se produce de forma natural un cambio. Hasta ese momento, Esteban ha estado de pie, pero entonces se arrodilla enfrente de sus enemigos, probablemente para orarle a Jehová (comparar con Lu 22:41; Hch 9:40; 20:36; 21:5, donde arrodillarse se relaciona con orarle a Dios). Así que parece que las últimas palabras de Esteban eran una oración dirigida al Dios todopoderoso, Jehová. Por otro lado, en Hch 7:56 se dice que Esteban vio “los cielos abiertos y al Hijo del Hombre de pie a la derecha de Dios”, de modo que no sería extraño que se dirigiera primero a Jesús en el versículo 59 y luego a Jehová en el versículo 60. Varias traducciones de las Escrituras Griegas Cristianas al hebreo (señaladas con las referencias J17, 18, 22, 23 en el apén. C4) usan el Tetragrámaton en el versículo 60, pero no en el versículo 59 cuando traducen la expresión “Señor Jesús”. Ver apén. C3 (introducción y explicación de Hch 7:60).

Esteban suplicó: “Señor Jesús [...]”. Como se ve en los versículos 55 y 56, Esteban tuvo una visión en la que vio “los cielos abiertos y al Hijo del Hombre de pie a la derecha de Dios”. Esto deja claro que diferenciaba a Jesús de Jehová. También sabía que Jehová le había dado a Jesús el poder para resucitar a los muertos. Así que sería natural que se dirigiera directamente a Jesús, a quien acababa de ver en la visión, para pedirle que protegiera su espíritu, o fuerza de vida (Jn 5:27-29). Esteban se dirige a él llamándolo “Señor Jesús [en griego, Kýrie Iēsóu]”. Es cierto que, en las Escrituras Griegas Cristianas, el término Kýrios puede referirse a Jehová Dios o a Jesús. Pero aquí el contexto indica claramente que se refiere a Jesús. Por otra parte, la palabra griega que en este versículo se traduce como “suplicar” no es la que se usa habitualmente para “orar” en las Escrituras Griegas Cristianas, aunque muchas Biblias la traducen así y dan la impresión de que Esteban le estaba orando directamente a Jesús. Varias obras de referencia confiables indican que el verbo griego empleado aquí (epikaléō) significa ‘llamar’, ‘invocar’ o ‘apelar a la autoridad de alguien’, que es como se ha traducido muchas veces (Hch 2:21; 9:14; Ro 10:13; 2Ti 2:22). Es el mismo verbo que se emplea cuando Pablo dice: “¡Apelo a César!” (Hch 25:11). De modo que no hay base para concluir que Esteban le estaba orando directamente a Jesús. Más bien, ya que lo había visto en la visión, Esteban se sintió con la libertad para hacerle una súplica. Ver la nota de estudio de Hch 7:60.

la voz de Jehová. En esta parte del discurso (Hch 7:30-34), Esteban hace referencia al relato de Éx 3:2-10. Según el versículo 4, es Jehová quien llama a Moisés mediante su ángel y, según el versículo 6, es Jehová quien dice las palabras que se citan en Hch 7:32. La frase “la voz de Jehová” se utiliza muchas veces en las Escrituras Hebreas. Combina la palabra hebrea para “voz” y el Tetragrámaton. Se encuentran algunos ejemplos en Gé 3:8; Éx 15:26; Dt 5:25; 8:20; 15:5; 18:16; 26:14; 27:10; 28:1, 62; Jos 5:6; 1Sa 12:15; 1Re 20:36; Sl 106:25; Is 30:31; Jer 3:25; Da 9:10; Zac 6:15. Es interesante destacar que, cuando esta frase se usa en Dt 26:14; 27:10; 28:1, 62 en el fragmento de un antiguo papiro de la Septuaginta (en la colección Papiro Fouad 266), el nombre de Dios aparece escrito con caracteres hebreos cuadrados dentro del texto griego. Este fragmento data del siglo primero antes de nuestra era. Para saber las razones por las que la Traducción del Nuevo Mundo usa la frase “la voz de Jehová” en el texto principal a pesar de que los manuscritos griegos disponibles de Hch 7:31 usan “la voz del Señor”, ver apén. C1 y apén. C3 (introducción y explicación de Hch 7:31).

Jehová le dijo. El contexto del relato original al que se refiere Esteban es Éx 3:2-10, donde está claro que es Jehová el que habla mediante su ángel. Aunque la mayor parte del contenido de este versículo está tomado de Éx 3:5, en el texto hebreo original se encuentra una frase introductoria equivalente en Éx 3:7. Allí dice literalmente: “Jehová añadió”. Ver apén. C3 (introducción y explicación de Hch 7:33).

Jehová. Aquí se cita de Is 66:1. En el texto hebreo original aparece el nombre divino, representado por cuatro consonantes hebreas que se transliteran como YHWH. La frase que aquí se traduce como “dice Jehová” se corresponde con la frase que aparece al principio de Is 66:1 (“Esto es lo que dice Jehová”) y con la que aparece a la mitad de Is 66:2 (“afirma Jehová”). Ver apén. C.

no ha muerto, está dormida. En la Biblia a menudo se compara estar muerto a estar dormido (Sl 13:3; Jn 11:11-14; Hch 7:60; 1Co 7:39; 15:51; 1Te 4:13). Como Jesús iba a devolverle la vida a la niña, puede que dijera estas palabras para demostrar que, tal como se puede despertar a alguien de un profundo sueño, también se le puede devolver la vida a alguien que ha muerto. Jesús resucitó a la niña con el poder que le dio su Padre, “aquel que da vida a los muertos y llama a las cosas que no son como si fueran” (Ro 4:17).

se ha dormido. En la Biblia a menudo se compara estar muerto a estar dormido (Sl 13:3; Mr 5:39; Hch 7:60; 1Co 7:39; 15:51; 1Te 4:13). Como Jesús iba a devolverle la vida a Lázaro, puede que dijera estas palabras para demostrar que, tal como se puede despertar a alguien de un profundo sueño, también se le puede devolver la vida a alguien que ha muerto. Jesús resucitó a Lázaro con el poder que le dio su Padre, “aquel que da vida a los muertos y llama a las cosas que no son como si fueran” (Ro 4:17). Ver las notas de estudio de Mr 5:39; Hch 7:60.

Jehová. Los manuscritos griegos disponibles usan aquí el término Kýrios (“Señor”). En las Escrituras Griegas Cristianas, este título puede referirse tanto a Jehová Dios como a Jesucristo, dependiendo del contexto. En este caso, parece que se refiere a Jehová Dios por varias razones. Por un lado, las palabras de Esteban se parecen a las que Jesús le dijo a su Padre en una ocasión: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lu 23:34). Además, en el discurso de Esteban, que Lucas registra en Hch 7:2-53, el término Kýrios aparece tres veces, y las tres son citas de las Escrituras Hebreas o alusiones a ellas en las que claramente se hace referencia a Dios (ver las notas de estudio de Hch 7:31, 33, 49). De hecho, muchos comentaristas y traductores defienden que Kýrios en estos contextos se refiere a Jehová (ver apén. C). Aunque el término Kýrios también aparece en Hch 7:59, ahí Esteban dice específicamente “Señor Jesús”. Sin embargo, esto no significa, como dicen algunos, que Jesús sea la persona a la que se refiere Kýrios en Hch 7:60. Entre el versículo 59 y el versículo 60 se produce de forma natural un cambio. Hasta ese momento, Esteban ha estado de pie, pero entonces se arrodilla enfrente de sus enemigos, probablemente para orarle a Jehová (comparar con Lu 22:41; Hch 9:40; 20:36; 21:5, donde arrodillarse se relaciona con orarle a Dios). Así que parece que las últimas palabras de Esteban eran una oración dirigida al Dios todopoderoso, Jehová. Por otro lado, en Hch 7:56 se dice que Esteban vio “los cielos abiertos y al Hijo del Hombre de pie a la derecha de Dios”, de modo que no sería extraño que se dirigiera primero a Jesús en el versículo 59 y luego a Jehová en el versículo 60. Varias traducciones de las Escrituras Griegas Cristianas al hebreo (señaladas con las referencias J17, 18, 22, 23 en el apén. C4) usan el Tetragrámaton en el versículo 60, pero no en el versículo 59 cuando traducen la expresión “Señor Jesús”. Ver apén. C3 (introducción y explicación de Hch 7:60).

se durmió en la muerte. En las Escrituras, las expresiones “dormir” o “dormirse” pueden referirse tanto a dormir en sentido físico (Mt 28:13; Lu 22:45; Jn 11:12; Hch 12:6) como a dormirse en la muerte (Jn 11:11; Hch 7:60; 13:36; 1Co 7:39; 15:6, 51; 2Pe 3:4). Por eso, en los contextos relacionados con la muerte, los traductores bíblicos suelen usar palabras como “dormirse en la muerte” o sencillamente “morir” para no confundir al lector. En sentido figurado, el término dormido se aplica en la Biblia a los que han muerto debido al pecado y la muerte heredados de Adán. Ver las notas de estudio de Mr 5:39; Jn 11:11.

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